Si la estrategia es tan importante, ¿por qué no está presente en nuestra agenda cotidiana?

La estrategia es crucial para el éxito de cualquier negocio u organización. Los propietarios y administradores de negocios deben definir claramente dónde quieren que esté su negocio en el futuro, y cómo llegaran a ese estado. Si esta función de definición del “cómo” no se realiza de forma sistemática, astuta, y fundamentada en una ventaja competitiva, existe una gran posibilidad que otros protagonistas del mercado definan el destino para esa empresa, con proyecciones muy poco alentadoras.

Sabiendo esto, es interesante que la inmensa mayoría de líderes, sin importar si pertenecen a pequeñas o grandes compañías, quisieran dedicarle más tiempo a la dirección estratégica. En 2013, Management Research Group hizo un estudio global evaluando las prácticas de liderazgo y la eficacia de 60,000 gerentes y ejecutivos en más de 140 países y 26 distintas industrias. Los participantes fueron evaluados con una herramienta que mide 22 comportamientos de liderazgo y más de 20 medidas de eficacia. Entre los comportamientos de liderazgo se incluyeron la innovación, la persuasión, la comunicación y la orientación a los resultados, por mencionar algunos. Mientras que entre las medidas de eficacia se incluyeron características como el potencial futuro, la credibilidad, la aptitud empresarial y las habilidades sociales, entre otras.

El estudio afirmó que los gerentes, ejecutivos y propietarios de negocios encuestados contestaron que el enfoque estratégico del liderazgo es, en promedio, 10 veces más importante que otros comportamientos estudiados en la percepción de efectividad.

Como cosa curiosa, en otro estudio realizado, el 96% de los líderes encuestados dijeron que no tenían tiempo para el pensamiento estratégico, dado que sus múltiples ocupaciones y saturada agenda no se los permitía. ¿No es esto casi una paradoja? Saber y estar consciente de la importancia de la estrategia, pero no dedicarle el tiempo suficiente que requiere su planificación y desarrollo. ¿Por qué es esto así?

Es sumamente fácil quedar atrapado en el remolino de actividades para dirigir y administrar un negocio, que normalmente conllevan incontables reuniones de trabajo, las cuales a menudo cierran con una lista enorme de más actividades a realizar, alimentando aun más el torbellino de tareas y afán. Lo que no nos damos cuenta es que eso no nos permite revisar dónde se encuentra nuestro negocio u organización, y más importante aún, no nos permite ver hacia dónde se dirige. Podría estar dirigiéndose en un camino que no tenía la intención de seguir, llevándonos hacia una situación financiera no saludable, o hacia esfuerzos a nichos de mercados o actividades que no valen la pena.

En un artículo de Harvard Business Review de 2018 sobre la importancia de dedicar tiempo a la estrategia como fundamento del éxito en los negocios, hace referencia que es importante recordar que el pensamiento estratégico no requiere necesariamente de tanto tiempo, y que “no se trata de tomarse un año sabático interminable o de asistir a retiros de liderazgo” (refiriéndose a extensas reuniones en total aislamiento).

Es un concepto absolutamente erróneo pensar que la estrategia tiene que tomar mucho tiempo para ser efectiva, o que solamente deba de hacerse una vez en el año, o que debamos aislarnos del mundo exterior al lado de gurús reconocidos, o que usted deba de poseer “poderes especiales” para visualizar el futuro, planificar y definir su estrategia. Todo eso es totalmente irreal!

El pensamiento estratégico se trata de adoptar un enfoque amplio y de largo alcance que sea utilizado para la resolución de problemas, la toma de decisiones en función de análisis objetivos, y la planificación para lograr el estado final que visualiza. Eso significa lograr tener una visión holística del ecosistema que le rodea, anticipando cambios importantes en el mercado e identificando oportunidades. El pensamiento estratégico le apoya a comprender los impulsores fundamentales de un negocio, desafiando el status-quo, teniendo conciencia de lo que aún no se ha concretado, fomentando así la visión de futuro. Adicionalmente, le permite visualizar cómo trabajar con recursos limitados, a tomar decisiones difíciles para alcanzar los objetivos, y a inspirar a su equipo a trabajar hacia una visión de lo que es posible.

Michael Porter, experto en estrategia y profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, enfatiza la necesidad de que la estrategia defina y comunique la posición única de una organización, determinando cómo deben combinarse los recursos, las habilidades y las competencias de la organización para crear una ventaja competitiva.

Considerando todo lo anterior, es imperativo destinar tiempo y esfuerzo a desarrollar un enfoque que nos apoye a la implementación de una efectiva dirección estratégica en nuestros negocios y compañías. En consecuencia, expertos recomiendan trabajar activamente para dejar de lado el enfoque de “estar ocupado” que domina gran parte de nuestra cultura de trabajo, y ser más consciente de las razones por las que debería hacer tiempo para el pensamiento estratégico.

Detallo a continuación algunas acciones que puede poner en práctica para fomentar y desarrollar su pensamiento estratégico como parte del enfoque de gestión:

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1. Articule sus metas claramente y comuníquelas a la organización

La clave del pensamiento estratégico es comprender el objetivo que desea lograr o el problema que desea resolver. Puede sonar fácil, pero no lo es. El establecimiento de metas y objetivos le apoya a proporcionarle un conjunto de criterios para evaluar de forma general si su negocio está teniendo éxito, y si se dirige hacia el destino final visualizado. Tener sus metas claras y bien definidas le apoyará a tomar el control de la dirección de su negocio, y por lo tanto, aumentará las posibilidades de lograrlas.

De modo que, en la búsqueda de que usted y su equipo de liderazgo (o un grupo selecto de empleados) inicien con un proceso de desarrollo de sus habilidades de gestión estratégica, primeramente permítale a toda su organización tener un cuadro muy claro de las metas a largo plazo hacia donde desea que la compañía se dirija, y más importante aún, el “por qué” desea llegar allí.

La experiencia demuestra que, en la medida que sus empleados participen en el proceso de formulación y planificación de la estrategia, implementarán el plan con mayor eficacia y entusiasmo. Adicionalmente, en la medida que ellos hayan sido participes de su creación, será una fuente importante de motivación y compromiso.

2. Observe, reflexione y recopile información

Propóngase estar continuamente atento a lo que sucede en su industria, en su mercado, en los clientes, en la competencia, y en nuevas tecnologías o productos disponibles, a través de fuentes fidedignas. Uno de los requisitos clave del liderazgo estratégico es contar con información comercial relevante y amplia que ayude a los líderes a elevar su pensamiento más allá del día a día.

Adicionalmente, obtenga regularmente de sus clientes la mayor cantidad de información posible para utilizarla en su toma de decisiones. Por ejemplo, podría incluir la realización de estudios y entrevistas a clientes o usuarios para identificar los diferentes generadores de valor de sus productos/servicios, así como los de la competencia. Esto permitirá adaptar mejor sus estrategias de marketing, desarrollar nuevas líneas de productos, o mejorar los atributos de sus productos existentes, satisfaciendo mejor las necesidades y preferencias de sus clientes. La recopilación de datos de manera eficiente y su análisis le permitirá mejores criterios de decisión, reconociendo que para tomar decisiones efectivas requiere tanto conocimiento como confianza.

Propóngase reflexionar con frecuencia sobre las tareas terminadas en su trabajo, o en experiencias que desearía que hubieran sido diferentes. Si tuviera que realizarlas nuevamente ¿Qué pudiera hacer diferente para que esas tareas se completaran con un mejor resultado?, ¿Debería considerar una perspectiva diferente?, ¿Hay alguna otra posibilidad de realizar ese proceso/actividad de forma más efectiva y eficiente? Utilice su conocimiento, y desarrolle nuevas habilidades para afectar su desempeño futuro.

Ahora, es imposible ver y pensar en el panorama general cuando está constantemente ocupado en tareas. Priorice lo “importante” sobre lo “urgente”, y para ello, le recomiendo que delegue más y que capacite a sus empleados a asumir tareas que les ofrezcan una oportunidad de aprendizaje y desarrollo. Recupere el control de su agenda y reserve un tiempo prudente para la planificación estratégica, la cual puede realizarse como equipo o a solas, de modo que se convierta en una actividad regular de su trabajo. Ese tiempo regular podrían ser 2 horas a la semana, por ejemplo. Incentive a que su equipo de liderazgo haga también lo mismo, y rételos hacia nuevos horizontes y mejores resultados.

3. Haga muchas preguntas

Mejore sus habilidades de pensamiento estratégico a través de hacer muchas preguntas estratégicas. Hacerlo le permitirá ejercitar sus habilidades de planificación, desarrollar una mentalidad más abierta, y volverse experto en detectar oportunidades de mercado y de mejora internas. Las preguntas pueden relacionarse con un desafío, una oportunidad, o una ambigüedad en la que su organización se enfrenta. Por supuesto, es importante que sus preguntas apliquen a la función y responsabilidades de su interlocutor, de modo que la persona pueda pensar y actuar en el marco que le corresponde. Algunos ejemplos de preguntas estratégicas son:

  • ¿Cómo podemos posicionarnos estratégicamente para ingresar a un nuevo mercado, o a un nuevo nicho, o con un nuevo producto?
  • ¿De dónde vendrá el crecimiento de la organización en los próximos 3 años, y cómo se compara con el histórico de crecimiento?
  • ¿Cuál es la dirección de crecimiento de cada uno de nuestros productos o servicios?
  • ¿Cuáles habilidades y capacidades deberíamos adoptar o mejorar en el equipo para ser más rápidos y efectivos?
  • ¿Sobre qué aspectos o características de sus productos/servicios está el competidor creciendo?, ¿A qué ritmo están creciendo comparado a nuestra compañía?
  • ¿Cómo la organización debe responder a la amenaza presentada por competidores?
  • ¿Cuáles son las tendencias de consumo en la industria en la que participamos?
  • ¿Qué nuevas tecnologías se avecinan?

Los pensadores estratégicos intentan comprender el contexto y adelantarse a posibles desafíos, asegurándose de que todos los empleados entienden sus tareas y la razón por la que las están ejecutando. Haga preguntas sobre por qué un problema es importante, o qué factores clave llevaron a una decisión, o cuales han sido los impulsores que permitieron este resultado.

4. Escuche a su equipo y promueva la generación de ideas

Un error común que veo que cometen muchos lideres es suponer que la responsabilidad del pensamiento estratégico recae completamente solo en ellos. Esto no es cierto. Lo mejor que puede hacer es involucrar a su equipo, e incluso, atraer nuevos talentos con una perspectiva amplia y con experiencia diversa para incorporarlos al equipo.

Por ejemplo, pídale a su equipo que venga a una reunión de lluvia de ideas con 3 alternativas ya formuladas previamente. Si solamente le traen problemas a las reuniones, no están siendo proactivos. Motívelos y recompense a sus empleados por pensar y proponer soluciones con el mayor beneficio a largo plazo, alejándolos de solo reaccionar o levantar los problemas. La cultura organizacional debe fomentar la anticipación de oportunidades, y desalentar la gestión de crisis o de “apaga fuegos”.

Considere también discutir las ideas con diferentes personas para tener perspectivas distintas, como por ejemplo con un mentor, o un colega. De hecho, una de las formas más efectivas de desarrollar sus habilidades estratégicas es ser asesorado por alguien que sea altamente estratégico. El mentor ideal es alguien ampliamente conocido por su capacidad para mantener a las personas enfocadas en los objetivos estratégicos y el impacto de sus acciones.

5. Capacite a su equipo hacia una perspectiva más amplia

Promueva en sus empleados una perspectiva hacia el futuro incorporándola en los programas de capacitación y desarrollo. Capacite a su equipo sobre el pensamiento estratégico y anímelos a hacer preguntas de «por qué». Encuentre y desarrolle oportunidades únicas para crear valor al permitir un diálogo provocador y creativo entre las personas clave que pueden aportar a la dirección de una organización, negocio o emprendimiento. El pensamiento estratégico descubre oportunidades potenciales para la creación de una ventaja competitiva y desafía los supuestos sobre la propuesta de valor de una organización, de modo que cuando se crea el plan estratégico, se enfoca en estas oportunidades.

Capacítese y promueva una cultura de planificación estratégica continua, preparándose así para enfrentar los desafíos del mercado, o posicionarse para un nuevo rol, o lanzar su propio negocio o emprendimiento. La capacitación formal podría ser su mejor opción y aliado. David Ulloa Business Consulting podría ser ese aliado estratégico que necesita, tanto en asesoría estratégica, capacitación y mentoría.

Conclusión

No es fácil ser estratégico. Pero un pensador estratégico siempre está buscando mirar intencionalmente las cosas desde diferentes perspectivas. Comparto la siguiente cita de Bob Garrat de su libro Desarrollo del Pensamiento Estratégico:

El pensamiento estratégico encapsula experiencias pasadas, información actual y expectativas sobre el futuro previsible. Es un proceso continuo, no la creación de un plan específico. La formulación de la estrategia es peculiar, emergente, no lineal y proporciona una guía para las actividades en curso de la empresa.

Bob Garrat, 2003, Developing Strategic Thought

Dado el dinamismo del desafiante mundo competitivo donde vivimos, el proceso del pensamiento estratégico sobre las organizaciones debería ser un proceso permanente, y destaco la descripción “no lineal”, es decir, muchas veces surge a partir de lo inusual, de lo diferente, y es capaz de dejar de lado los supuestos.

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